martes, 5 de julio de 2011

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Ella camina a paso firme, con la cabeza bien alta, con la mirada al frente. Por dentro está deshecha, pero por fuera no va ha permitir que eso se refleje. Tiene los ánimos por los suelos, pero lo soluciona con unos tacones. La vida le da la espalda, pero ella continúa. El día es gris, pero ella lleva gafas de sol. No le apetece, pero sonríe, el tiempo pasa deprisa, muy deprisa, pero ella aprovecha todos y cada uno de los momentos. Prefiere quedarse en casa, pero sale a comerse el mundo. Porque al fin y al cabo, si ella no lo hace, nadie lo hará por ella.
Están los dos en un banco, sentados no muy juntos y sin mirarse.

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